Los motivos más habituales para una inspección fiscal

Pocas cosas aterran más a un autónomo o empresario que una inspección fiscal.

Incluso si tienes todo en regla, una visita de la Agencia Tributaria siempre te hará perder tiempo y aumentará de golpe tu estrés. Las inspecciones de Hacienda no son nuevas y pueden darse por azar, ya que la AEAT realiza procesos de seguimiento rutinario, o porque el fisco ha visto algo rato en tu cuenta.

Hay eventos que hacen saltar las alarmas en Hacienda y que suelen terminar en una visita de los inspectores. Estos son los motivos más habituales para una inspección fiscal:

Devoluciones tributarias excesivas

En otras palabras, gastar más de lo que ingresas, especialmente si lo haces durante varios trimestres seguidos.

Hacienda entiende que puede haber pérdidas puntuales en cualquier negocio, pero si de forma sistemática estás declarando más gastos que ingresos, es que algo no cuadra con tu actividad.

Uno de los elementos con los que más cuidado debes tener son las devoluciones de IVA. Esta es una de las principales razones por las que recibirás una inspección fiscal, sobre todo si la cantidad que debe devolver Hacienda es elevada.

Descuadre entre los modelos trimestrales y anuales

Los modelos anuales de IVA y también el de IRPF son un resumen de tu actividad a lo largo del año.

En otras palabras, la suma de los gastos deducibles y los ingresos debe cuadrar con las que has ido presentando a través del modelo 130, el modelo 111 y el resto de declaraciones trimestrales. Lo mismo ocurre con el modelo 303 de IVA y la declaración anual a través del modelo 390.

Si los números no cuadran, Hacienda se preguntará por qué y también te lo preguntará a ti. Un buen programa de contabilidad te ayudará a evitar esos descuadres.

Demasiados gastos deducibles

Hay gastos deducibles que pueden traerte problemas a largo plazo. Es fácil que ya tengas alguno en mente. Son los que no están directamente relacionados con tu actividad o 100% afectos. Es decir, gastos personales que se tratan de hacer pasar como deducibles.

La Agencia Tributaria es consciente de estas prácticas y por eso vigila que los gastos deducibles no superen ciertos umbrales. Como norma general, imputar gastos deducibles por encima del 40% de los ingresos puede ser un motivo de inspección fiscal.

Solicitar subvenciones

La Agencia Tributaria sabe qué empresas han pedido una subvención, su cuantía y las condiciones. Así, también sabe qué subvenciones están exentas de tributar y cuáles no.

Si has recibido una subvención, asegúrate de tratarla de forma adecuada.

Sociedades sin actividad

Las sociedades sin actividad también tienen sus obligaciones fiscales. Hacienda vigila estos negocios que han dejado de operar pero que no han echado el cierre.

En este sentido, también vigilará si se ha creado una sociedad similar con los mismos socios, misma sede y misma actividad o parecida. Si es el caso, es fácil que recibas la visita de un inspector.

Solicitar NIF intracomunitario

Estas inspecciones son rutinarias para verificar datos. Llegan al obtener el NIF intracomunitario en el Registro de Operadores Intracomunitario. Así es como Hacienda comprueba que la empresa realmente necesita ese NIF.

No presentar declaraciones

Por último, si dejas de presentar alguna declaración es muy fácil que tarde o temprano llegue una inspección fiscal. De hecho, este es uno de los motivos principales para la inspección de Hacienda.

Puede que no sea de forma inmediata, ya que Hacienda dispone de varios años para reclamar, pero ten por seguro que hay muchas posibilidades de que la AEAT te haga una visita.

La mejor forma de afrontar una inspección fiscal es con tus cuentas en orden y toda la documentación clara. Si efectivamente has cometido una infracción, puedes afrontar la sanción rápidamente para reducir su cuantía. En caso contrario, cuanto más claro tengas todo, más fácil será defender tu posición.

En estos casos recuerda que Hacienda siempre quiere cobrar y cuanto antes, mejor. Eso no quiere decir que debas dar tu brazo a torcer si sabes que está todo en regla. Los programas de contabilidad y una buena asesoría fiscal te pueden ayudar en esa tarea.

Imagen / Markus Winkler

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