Las empresas suelen tener subcontratados servicios como los de asesoría, gestoría, abogado o mantenimiento informático; es decir, muchos que no sean parte del core del negocio.
En ocasiones, no se le saca el suficiente partido a todos estos colaboradores, especialmente en el área económica, por lo que empresario debe debe ser lo suficientemente inteligente para dejarse aconsejar por su asesor fiscal, y no solo conformarse con presentar los diferentes modelos o la propia declaración de la renta
Para esto, es bueno conocer aquello que como empresa deberías pedir a un buen asesor fiscal:
Planificar fiscalmente
La planificación fiscal es algo importante, de forma que el empresario tenga claro cuál es el calendario fiscal que te corresponde según el tipo de empresa y actividad que desarrollas.
Una planificación fiscal óptima generará seguridad en tu negocio, te permitirá no cometer errores y anticiparte a las principales obligaciones fiscales.
Es primordial que el asesor pueda ayudar a organizarte, en los periodos cerca de los cierres fiscales, sobre todo al final del año fiscal, donde te plantee medidas para pagar menos impuestos.
Pensar en tu tesorería
La presentación de algunas autoliquidaciones a Hacienda, como las realizadas mediante el modelo 303 del IVA o el modelo 130 o 131 de pagos fraccionados del IRPF, implica pago a la Agencia Tributaria.
Estos pagos se realizan, por ejemplo, en el caso del IVA, después de estar recaudando para Hacienda este impuesto de nuestros clientes, por lo que el asesor puede entrenarnos en el arte ir guardando el importe adecuado de forma que nuestra tesorería no sufra con el pago de impuestos.
Cambios legislativos
El marco normativo que regula a las empresas cambia constantemente. Un buen asesor debe informar de forma continua y facilitar la comprensión de estos cambios legislativos.
En este sentido no basta sólo con los cambios más evidentes, sino que en el área fiscal se debe estar actualizado, tanto de las circulares que emite Hacienda como de las consultas vinculantes resueltas.
Ayudar antes de la creación de la empresa
El emprendedor solo contrata al asesor fiscal cuando empieza a funcionar y tiene que empezar a cumplir con sus obligaciones con Hacienda.
Esto es un error, ya que la mejor opción es contar con tu asesor desde meses antes del comienzo de la actividad. Si se hace así, el asesor puede ayudarte a elegir la forma jurídica que mejor te viene fiscalmente o que opción tributaria escoger, como pueda ser módulos o estimación directa.
Análisis económico y financiero
La contabilidad, el proceso de facturación y la gestión financiera de la empresa genera suficiente información para marcar la diferencia en la dirección empresarial.
Esta información debe ser tratada y transformada, normalmente utilizando cuadros de mando integral que incluya ratios financieros y económicos, de forma que sea de utilidad para la toma de decisiones.
Lograr financiación
El asesor fiscal te puede ayudar a plantear la solicitud de financiación al banco. Para esto se necesita preparar bien un plan de viabilidad, donde se presente el plan de inversiones y la previsión de tesorería que garantice la devolución de dicha financiación.
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